Optimizar la fertilización, la lluvia y el riego

En caso de cultivos a cielo abierto, se recomienda siempre añadir una dosis básica de Osmocote (de al menos el 75 %) al medio de cultivo. De este modo, se garantiza un aporte continuo y constante de nutrientes esenciales. Sobre esta dosis básica y dependiendo de las exigencias del cultivo, se pueden aplicar otros fertilizantes hidrosolubles para potenciar el desarrollo del cultivo durante cada etapa de crecimiento. 

Se debe prestar una atención especial después de un periodo de lluvia intensa. Puede ser beneficioso para las plantas aplicar temporalmente más cantidad de fertilizantes hidrosolubles para elevar rápidamente los niveles de CE en el medio de cultivo. Dependiendo de la cantidad de agua de lluvia caída durante un corto periodo de tiempo, se deberán determinar las dosis necesarias de fertilizantes solubles en agua. Su delegado técnico de ICL pone su experiencia a su disposición para tratar estos temas. 

Empiece con estas sugerencias: 

• Mida el impacto de su trabajo colocando pluviómetros entre las plantas, preferiblemente en varios lugares del vivero. 
• Si es necesario realizar riegos frecuentes para mantener el suelo húmedo, aumente el valor de la CE de 0,5 a 1,0 de la solución nutritiva durante una aplicación, siempre teniendo en cuenta las necesidades de las plantas.
• Si está utilizando una solución fertilizante con un valor de CE de 2,0 mS/cm o más, rocíe con agua limpia durante unos instantes (entre uno y dos minutos) después de cada riego.
• Puede medir cuánta agua está aplicando por metro cuadrado. Para hacerlo, puede abrir los aspersores y utilizar vasos o pluviómetros para medir la cantidad de agua que están recibiendo sus plantas.
• Mida el tiempo que tarda el agua (con fertilizante) en ir desde el sistema de bombeo hasta la zona más lejana del vivero. Esta medida se puede realizar añadiendo un colorante al agua.
• Controle siempre el valor de la CE de su agua de riego. Tenga este valor en cuenta cuando mida la CE total.