Nodulación en legumbres con bacterias

En las leguminosas, como la soja, se establecen asociaciones simbióticas con bacterias del género Bradyrhizobium mediante la formación de nódulos radiculares, que son estructuras especializadas que albergan bacterias fijadoras de N2. El azufre es responsable de la señalización de la nodulación, las plantas proporcionan fuentes de carbono y otros nutrientes para las bacterias, mientras que las bacterias proporcionan N2 fijo para la planta de soja. Para que el nódulo funcione plenamente, es necesario que funcionen plenamente las enzimas nitrogenasa (dependiente del molibdeno, hierro y azufre), hidrogenasa (dependiente del níquel) y cobalamina (dependiente del cobalto para su formación). El aporte de fósforo y magnesio también es importante para la actividad fotosintética de la planta y en consecuencia el suministro de energía a los nódulos.

Las altas temperaturas y la baja humedad del suelo son perjudiciales para la nodulación, provocando la muerte de Bradyrhizobium. También habrá una disminución en el crecimiento de las plantas y del sistema radicular (Sadowsky, 2005).

Atención a la nodulación en la soja:

• La soja y las bacterias no son nativas (la inoculación debe realizarse cada año);
• Los nódulos se renuevan (viven en promedio de 6 a 8 semanas);
• Después de 10 a 12 días de emergencia, deben aparecer de 4 a 8 nódulos;
• La soja en la etapa R1/R2 debe tener de 15 a 30 nódulos;
• Los nódulos deben tener un tamaño de 3 a 8 mm, una superficie rugosa y una coloración rosada a rojiza en el interior;
• La presencia de extractos de plantas promueve un mejor desarrollo radicular.

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• Aporta elementos esenciales para mantener el nódulo fisiológicamente activo;
• Mantiene el suministro de energía al nodo;
• Permite la formación continua de nódulos;
• Reduce la biosíntesis de etileno, evitando la muerte prematura del nódulo;
• Acción fisiológica y facilidad de operación;
• Aumento de la productividad y la rentabilidad.