El Impacto del Tipo de Suelo en la Aplicación y Efectividad de los Fertilizantes

Cada tipo de suelo tiene características únicas que afectan la forma en que retienen los nutrientes y cómo se hacen disponibles para las plantas.

Noviembre 27, 2024
4 mins
Dr. Patricia Imas
Gerente de Contenido Agronómico y Especialista de Producto ICL

La aplicación de fertilizantes es un aspecto fundamental de la agricultura moderna, ya que influye directamente en el rendimiento y la calidad de los cultivos. Sin embargo, la eficacia de los fertilizantes puede variar significativamente dependiendo del tipo de suelo en el que se apliquen. Exploremos cómo los distintos tipos de suelo afectan la aplicación de fertilizantes y su eficacia.

 

Suelos arenosos

Los suelos arenosos se caracterizan por estar formados por partículas de gran tamaño y alta porosidad, lo que da lugar a una baja capacidad de retención de agua y nutrientes. Esto suele provocar que los nutrientes se pierdan por lixiviación de manera más rápida, y por lo tanto, que se deba aplicar fertilizantes con mayor frecuencia pero en cantidades más bajas, para garantizar que los nutrientes permanezcan disponibles para los cultivos. Los agricultores que trabajan en zonas con suelos arenosos deben tener especial cuidado con el momento y la dosis de las aplicaciones de fertilizantes para evitar la pérdida de nutrientes y garantizar el crecimiento óptimo de las plantas.

 

Suelos arcillosos

Los suelos arcillosos, están formados por partículas finas con baja porosidad, por eso tienen una gran capacidad de retención de nutrientes y agua. Sin embargo, estos suelos pueden compactarse, lo que reduce la penetración de las raíces y la absorción de nutrientes. Para controlar esto, los fertilizantes deben aplicarse en cantidades moderadas y tal vez en aplicaciones divididas, para evitar sobrecargar el suelo. Además, la incorporación de materia orgánica como composta, estiércol o cultivos de cobertura, puede ayudar a mejorar la estructura del suelo y aumentar la disponibilidad de nutrientes.

 

Suelos francos

Los suelos francos son considerados ideales para la agricultura debido a su mezcla equilibrada de arena, limo y arcilla. Esta composición proporciona condiciones óptimas para la retención y disponibilidad de nutrientes. La aplicación de fertilizantes en suelos francos es generalmente más eficiente, lo que requiere planes de gestión de nutrientes equilibrados para satisfacer las necesidades de los cultivos sin lixiviación o escorrentía excesiva. La versatilidad de los suelos arcillosos permite que se cultiven con éxito una amplia gama de cultivos utilizando estrategias de fertilización bien planificadas.

 

Suelos salinos

Los suelos salinos contienen altos niveles de sales solubles, que pueden obstaculizar el crecimiento de las plantas al causar estrés osmótico y desequilibrios de nutrientes. La aplicación eficaz de fertilizantes en suelos salinos requiere un manejo cuidadoso para evitar exacerbar la acumulación de sal y la toxicidad de las plantas. Las estrategias para mejorar la eficacia de los fertilizantes en suelos salinos incluyen el uso de variedades de cultivos tolerantes a la sal, la aplicación de yeso para desplazar los iones de sodio, y tratar de garantizar un riego adecuado para lixiviar el exceso de sales. Estas prácticas ayudan a mantener la salud del suelo y a mejorar la nutrición de los cultivos.

 

Suelos calcáreos

Los suelos calcáreos, ricos en carbonato de calcio, suelen tener niveles altos de pH que pueden limitar la disponibilidad de ciertos nutrientes, en particular fósforo, hierro y zinc. Para mejorar la eficacia de los fertilizantes en suelos calcáreos, es importante utilizar fertilizantes acidificantes o micronutrientes quelados que estén más fácilmente disponibles para las plantas. Además los correctores de suelo, como el azufre, pueden ayudar a reducir el pH y mejorar la disponibilidad de nutrientes.

Analizando las propiedades del suelo en un viñedo.

 

Impacto del tipo de suelo en el uso de fertilizantes nitrogenados

El nitrógeno es un nutriente crucial para el crecimiento de las plantas, pero su eficacia puede verse fuertemente influenciada por el tipo de suelo. En suelos arenosos, los fertilizantes nitrogenados, especialmente las formas basadas en nitratos, son más propensos a la lixiviación debido a la baja capacidad de intercambio catiónico (CIC) del suelo. Esto puede provocar que el nitrógeno se desplace rápidamente más allá de la zona de las raíces, lo que reduce su eficacia. Por el contrario, los suelos arcillosos o limosos pueden retener y liberar nitrógeno de manera más eficaz. Por lo tanto, el momento y el método de aplicación del nitrógeno deben adaptarse a la textura del suelo para minimizar las pérdidas y optimizar la absorción por las plantas. Prácticas como las aplicaciones divididas y el uso de fertilizantes de liberación controlada pueden ayudar a mejorar la eficiencia del uso del nitrógeno en diferentes tipos de suelo.

Comprender las características únicas de los diferentes tipos de suelo y su impacto en la aplicación de fertilizantes es esencial para optimizar la gestión de nutrientes y lograr una productividad agrícola sostenible. Al adaptar las estrategias de fertilización a las condiciones específicas del suelo, los agricultores pueden mejorar sus rendimientos de cultivo, reducir el impacto ambiental y garantizar la salud a largo plazo de sus suelos.