Cultivar melón
Asesoramiento para la nutrición del cultivo

Todo lo que necesita saber sobre los fertilizantes para melón, mejores prácticas, productos adecuados, ensayos de campo y mucho más.

Asesoramiento para el cultivo de melón (Cucumis melo)

  • El melón es una cucurbitácea anual que presenta un abundante sistema radicular ramificado, con una raíz principal pivotante, raíces secundarias y laterales, desarrollándose principalmente entre los 25 y 45 cm de profundidad.

  • La planta presenta un tallo principal de donde brotan las hojas y de cuyas axilas nacen nuevas ramificaciones y de estas a su vez, otras juntos a los zarcillos. Las hojas tienen un peciolo largo, cubiertas de vellosidades, de bordes dentados, palminervias y alternas. En la floración pueden aparecer flores tanto masculinas, como femeninas y hermafroditas.

  • Dependiendo de la variedad, la forma del fruto puede ser globosa, redonda o alargada. La corteza puede tener un color entre verde y amarillo. La pulpa es dulce, jugosa y aromática pudiendo tener distintas coloraciones entre blanco, verdoso, amarillo y anaranjado.

  • Las temperaturas medias requeridas para el cultivo del melón oscilan entre los 18 y 26 ºC.

  • La planta se adapta a una gran variedad de tipos de suelo, sin embargo, prefiere los de textura areno-arcillosa, fértiles, bien drenados y un pH ideal que oscila entre 6,5 y 7,5.

  • El cultivo del melón tiene unos requerimientos de entre 3.500 y 5.500 m3 de agua por hectárea dependiendo del tipo de suelo, variedad y sistema de producción (aire libre, tunelillo, invernadero, etc.).

Flores del cultivo de melón
Melones cosechados

Requisitos nutritivos 

NP2O5K2O
3,2-41,2-1,57,1-9
NP2O5K2O
110-14050-60250-320

Requerimientos del cultivo de melón Cantoloupe, para una producción esperada de 56 Tm/Ha (Bar-Yosef, 1991)

 

Función de los nutrientes 

 

Nitrógeno 

Promotor del cremiento vegetativo. Juega un papel importante en la sintesis de proteinas que están directamente relacionadas con el desarrollo vegetativo y la producción del cultivo. 

Fósforo 

Promueve el desarrollo de un buen sistema radicular, indispensable para una correcta floración y cuajado de frutos. Favorece la división celular. 

Potasio 

Favorece el transporte de azucares hacia el fruto. Juega un papel fudamental como osmoregulador. Incrementa la resilencia a factores bioticos y abioticos.  

Calcio 

Contribuye a la formación de una pared celular fuerte, estable y resistente a plagas y enfermedades. Mejora la vida postcosecha de los frutos una vez recolectados. 

Magnesio 

Es la molécula central de la clorofila, siendo un elemento constituyente de la mayoría de los enzimas.  

Azufre 

Se trata de un elemento estructural de las proteinas y péptidos, jugando un papel en la conversion del nitrógeno inorgánico en proteinas. 

Hierro 

Esencial para la sintesis de clorofina. Está asociado con la transferencia de energía y el sistema respiratorio de la planta. 

Manganeso 

Juega un rol importante en la fotosíntesis, asimilación y formación de riboflavinas, ácido ascorbico y carotenos. 

Boro 

Tiene un papel crucial en la división celular, polinización y producción de semillas. Está asociado a la asimilación del calcio, así como en la traslocación de azucares y carbohidrato en la planta. 

Zinc 

Productor de auxina y esencial en la formacion de fitohormonas y sintesis de clorofina. 

Cobre 

Involucrado en el metabolismo del nitrógeno y formación de carbohidratos. Componente de enzimas responsables en la transformación de aminoacidos a proteinas. 

Molibdeno 

Importante en la transformación de fósforo inorgánico a forma orgánica. 

 

Deficiencias de nutrientes 

Nitrógeno 

Las plantas deficientes en N son amarillas y atrofiadas.  

Tanto el crecimiento vegetativo como la producción de frutos están severamente restringidos. 

De verde claro a amarillento, primero en las hojas más viejas. En casos graves, las hojas acaban volviéndose marrones y mueren.  

Los frutos pueden ser deformes y menos numerosos. 

Fósforo 

Las plantas deficientes en P tienen raíces débiles, están atrofiadas y producen hojas pequeñas, oscuras, opacas y de color verde grisáceo. 

El cuajado de los frutos se reduce, lo que perjudica a la producción. 

La carencia de fósforo es más frecuente cuando el pH del suelo es demasiado bajo (<5,5) o demasiado alto (>7,0). 

Potasio 

Las hojas viejas son las más sensibles, muestran clorosis marginal, especialmente en las puntas, y en casos graves los márgenes de las hojas se tiñen. 

Las hojas viejas a veces muestran también ahuecamiento foliar. 

Desarrollo anormal del fruto, con textura anormal de la pulpa y sabor desagradable. 

Calcio 

Las hojas más jóvenes son las primeras en mostrar los síntomas. Muestran clorosis interveinal, distorsión, ahuecamiento hacia abajo y sus bordes se chamuscan.  

Lo mismo ocurre con los puntos de crecimiento en la parte superior de la planta. 

Las hojas maduras y más viejas no suelen verse afectadas.  

Las plantas se atrofian y necrosan.  

Las carencias graves provocan el aborto de las flores.  

Los frutos son más pequeños y tienen una textura dura.  

El crecimiento de las raíces disminuye. 

Las puntas de las hojas se queman y se fruncen, lo que distingue este trastorno de la carencia de vitamina B, que da lugar a hojas distorsionadas y más gruesas.  

Magnesio 

 Amarilleamiento de las hojas más viejas, comenzando entre las nervaduras principales, que conservan un estrecho borde verde. Esta clorosis interveinal se manifiesta primero como manchas dispersas. Las hojas más jóvenes se ven menos afectadas. 

La decoloración interveinal se vuelve marrón o bronceada con el tiempo, y finalmente provoca la caída de gran parte del tejido foliar, dejando un “esqueleto” foliar verde y blanco.  

El rendimiento se reduce. 

Algunos cultivares son específicamente sensibles a la deficiencia de Mg. 

La deficiencia se revela principalmente en campos que han recibido altas dosis de fertilizantes de N, Ca o K, en suelos ligeros y en años muy secos.  

Azufre 

 Los síntomas son similares a los de la carencia de nitrógeno, pero la clorosis es uniforme y general en toda la planta, incluidas las hojas más jóvenes. 

Las hojas superiores se vuelven verde pálido con un tinte amarillento en toda la hoja. El amarilleamiento comienza en las venas y progresa hacia el exterior, dejando un aspecto moteado, hojas más pequeñas de lo normal. 

Las plantas con deficiencia avanzada se atrofian, el follaje superior clorótico se vuelve de amarillo claro a blanco. 

Boro 

Las hojas suelen estar descoloridas con motas amarillas, véase la foto superior. 

Las hojas jóvenes de los brotes nuevos son más pequeñas de lo normal y se curvan hacia atrás (véase la foto inferior).  

Las plantas se atrofian o enanizan. 

Los frutos no se expanden completamente y están deformados y abultados. 

Cobre 

La deficiencia se desarrolla inicialmente como una leve clorosis interveinal de las hojas jóvenes a recién maduras, siendo las hojas más jóvenes las más afectadas. 

Más tarde, las hojas deficientes en Cu desarrollan láminas cloróticas a blanqueadas, especialmente en sus bases. Sus venas se mantienen verdes, pero en caso de deficiencia grave se vuelven marrón-negras. 

Hierro 

 El amarilleamiento aparece primero en las hojas más jóvenes y es claramente interveinal (véase la foto superior). Todas las demás hojas permanecen de color verde oscuro (véase la foto inferior).  

En caso de deficiencia grave, las venas menores también se desvanecen y las hojas pueden acabar quemándose, especialmente si se exponen a una luz solar intensa.  

Las plantas con carencia de hierro son amarillas y se atrofian  

Se observa con mayor frecuencia cuando se cultiva en suelos alcalinos (pH > 7,0) o calcáreos, y también puede deberse a un exceso de limitación, un drenaje deficiente o concentraciones elevadas de iones metálicos en el suelo o en la solución nutritiva.  

Manganeso 

Las hojas jóvenes muestran primero los síntomas, como un enverdecimiento pálido a amarillento. Si no se corrigen en esta fase, las zonas interveinales se vuelven cloróticas, luego moteadas y necróticas, mientras que las nervaduras principales permanecen de color verde oscuro. Las zonas chamuscadas progresan hacia el centro de la hoja como secciones a través de las venas.  

El tamaño de los frutos puede reducirse.  

Las plantas se atrofian. 

Se da en suelos con pH alto, calcáreos o alcalinos, o excesivamente calizos. 

Molibdeno 

Las hojas más viejas se ven afectadas primero, como una clorosis interveinal blanquecina-canela, acompañada de quemaduras marginales de la hoja en los casos graves, seguidas de la muerte del tejido en los márgenes. .  

Los melones cantalupos cultivados en mantillo de plástico negro, donde el nitrógeno previo a la plantación no se ha trabajado con suficiente profundidad, muestran deficiencia de molibdeno debido a la disminución del pH en los 5-8 cm superiores del suelo. 

Las plantas están muy atrofiadas. 

Zinc 

Las hojas jóvenes aparecen amarillentas y tienden a ser de menor tamaño. 

Amarilleamiento interveinal similar al provocado por la carencia de Fe.  

El nuevo crecimiento se ve afectado negativamente con entrenudos más cortos que confieren una estructura en roseta. 

Las hojas más viejas muestran inicialmente clorosis interveinal de color verde amarillento, evolucionando posteriormente a amarillo/blanquecino. Las nervaduras conservan sus márgenes verdes. 

Florece mucho menos y puede ser infértil. 

Preguntas frecuentes

Estas son algunas preguntas que suelen hacer los agricultores sobre el cultivo de melón.

  • Las variedades más características son: melón piel de sapo, melón galia, melón cantaloupe y melón amarillo.  

  • Hay dos sistemas de producción principales: 

    – Bajo plástico (invernaderos y tunelillos): en el sur de España. Hay unas 2.677 ha con producciones medias de 43 tn/ha. 

    – Al aire libre: en el centro y sur de España. Hay unas 18.500 ha con producciones medias de 32 tn/ha.

  • En España, la fertirrigación es el sistema más extendido ya que permite un uso más eficiente del agua y de los fertilizantes, combinado con enmiendas orgánicas y fertilizantes de fondo aportados directamente al suelo antes de realizar el trasplante. 

  • El cultivo del melón tiene unos requerimientos de agua entre 3.500 y 5.500 m3 de agua por hectárea dependiendo del tipo de suelo, variedad y sistema de producción (aire libre, tunelillo, invernadero, etc.). 

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