eqo.x, preparados para el futuro sostenible, ahora

Septiembre 6, 2022
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ICL ha desarrollado una nueva generación de encapsulados rápidamente biodegradables para su catálogo de fertilizantes nitrogenados de liberación controlada (CRF). La nueva tecnología de encapsulado reducirá la huella ambiental de los CRF y ayudará a los agricultores a cumplir los requisitos del Pacto Verde Europeo. Esta innovación, que se ha patentado con el nombre «eqo.x», encapsula fertilizantes con nitrógeno para cultivos en campo abierto. Ya se han realizado todo tipo de ensayos con eqo.x en el campo y los resultados han sido excelentes en cuanto a producción, aprovechamiento de nutrientes y reducción de las pérdidas por lixiviación y volatilización. Ronald Clemens, responsable global de marketing y del catálogo de CRF de ICL, explica los beneficios de esta tecnología.

 

Los fertilizantes encapsulados de ICL afrontan el reto de la sostenibilidad

Uno de los principales retos a los que se enfrentan los agricultores hoy en día es el de los cambios frecuentes en las normativas aplicables a los fertilizantes. Por ejemplo, el Pacto Verde Europeo, que incluye la estrategia «De la granja a la mesa», aspira a minimizar la huella ambiental de la agricultura. La reducción de las pérdidas de fertilizantes en al menos un 50 por ciento para 2030 es un pilar importante de esta estrategia. 

Los fertilizantes de liberación controlada (CRF) pueden desempeñar un papel clave en el cumplimiento de estos requisitos del Pacto Verde. Mejoran la eficiencia en el uso de nutrientes (EUN), mantienen o aumentan la producción con un menor aporte de fertilizantes, reducen las pérdidas de nutrientes y, a menudo, solo se requiere una aplicación para toda la temporada. ICL lleva décadas haciendo ensayos con CRF en el campo, demostrando cómo se pueden reducir los aportes de fertilizante sin merma de la producción y, al mismo tiempo, reducir las pérdidas de nitrógeno, la volatilización del amoniaco y las emisiones de óxido nitroso (N2O).

 

Tecnología biodegradable para agricultura sostenible

Para satisfacer los requisitos futuros del nuevo Reglamento (2019/1009) relativo a los productos fertilizantes UE, ICL ha desarrollado innovaciones sostenibles para sus CRF (y continúa haciéndolo). La empresa acaba de presentar su nueva generación de encapsulados rápidamente biodegradables: eqo.x. Esta tecnología de liberación biodegradable se ha sometido a exhaustivos ensayos en campo, con unos resultados similares o mejores en cuanto a la producción y unos patrones de liberación constantes y totalmente predecibles. 

Según Ronald Clemens: «En ICL, la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de los nutrientes son aspectos que consideramos prioritarios en nuestros fertilizantes especializados para los mercados agrícolas. Con esta innovación, creamos una solución que es sostenible desde diversos ángulos, contribuimos a la estrategia europea “De la granja a la mesa” y ayudamos a los agricultores a reducir las dosis de fertilizantes sin que ello afecte a la producción. En este sentido, esta innovación se adelanta a la normativa actual y está preparada para las futuras normas que están por venir». 

El departamento de I+D de ICL en los Países Bajos es famoso por sus conocimientos sobre encapsulados. El experto equipo de especialistas en encapsulados del departamento, procedentes de diversas industrias, ha conseguido «descifrar el código» y ha creado el primero de una nueva generación de encapsulados rápidamente biodegradables. Estos ayudarán a crear sistemas agrícolas más sostenibles, como explica Ronald Clemens: «Llevamos 15 años trabajando en unos encapsulados que se biodegradan más rápido al mismo tiempo que ofrecen el máximo rendimiento en el campo. Ya estamos preparados para aplicarlos a fertilizantes con nitrógeno de liberación controlada para cultivos en suelo. La tecnología de liberación eqo.x está protegida por patente e ICL está invirtiendo en una nueva línea de producción en los Países Bajos».

 

Evolución de las tecnologías de encapsulado

La línea Osmocote de ICL fue pionera en el mercado de los CRF. Se introdujo hace más de 50 años como los primeros fertilizantes encapsulados con polímero en el mercado estadounidense. Con estos gránulos de NPK envueltos en una capa de resina orgánica, una sola aplicación de nutrientes a los cultivos era suficiente para una larga temporada. 

La introducción de Osmocote en el mercado marcó un antes y un después en la aplicación de los fertilizantes. En las décadas siguientes, se fueron desarrollando nuevas generaciones de encapsulados para fertilizantes. Estos permitían adaptar la liberación de nutrientes a las necesidades de las plantas con mucha más precisión, sin picos ni caídas en el aporte de nutrientes a los cultivos. La tecnología de liberación E-Max es el encapsulado de polímero actual que ICL incorpora a sus productos CRF para el mercado agrícola. 

El último encapsulado biodegradable de ICL, eqo.x, está destinado a ser uno de los lanzamientos tecnológicos e innovaciones más importantes desde la primera aparición de los CRF en el mercado. Una vez más, se espera que marquen el futuro de la fertilización. 

«Consideramos que se trata de un enorme paso adelante en el uso de fertilizantes de eficacia mejorada para el mercado agrícola», comenta Ronald Clemens. «La tecnología de liberación biodegradable podrá reducir todo tipo de pérdidas de nutrientes, lo que se sumará a todas las ventajas conocidas de los CRF, como la posibilidad de reducir la frecuencia y las dosis de aplicación».  

Liberación de nutrientes constante y predecible

Una de las principales características de los CRF de calidad es que los agricultores siempre pueden confiar en su rendimiento. Es esencial que el patrón de liberación de nutrientes sea constante y predecible para satisfacer las necesidades de las plantas; el comportamiento de cada saco de producto fertilizante siempre debe cumplir estas expectativas. La tecnología eqo.x presenta el mismo alto nivel de rendimiento y fiabilidad que las tecnologías empleadas actualmente. Ronald Clemens explica cómo funciona el nuevo encapsulado biodegradable: 

«El nuevo encapsulado funciona de manera similar a nuestros encapsulados anteriores. La temperatura del suelo influye en la velocidad de liberación de manera similar a como lo hace con el encapsulado E-Max. Por eso, para el agricultor será fácil usar los productos, porque tanto la aplicación como el comportamiento no cambian. La nueva tecnología incluye una mejora en los patrones de liberación, de manera que los CRF con eqo.x son más fiables y predecibles que nunca. Y, una vez alcanzada la longevidad, el encapsulado se degrada aún más rápido formando CO2 y agua, sin dejar rastro».

 

Reducción de las pérdidas de nutrientes al entorno

El volumen de pérdidas de nutrientes y la forma de producirse (volatilización, lixiviación o desnitrificación) dependen del tipo de fertilizante, del suelo al que se añada el fertilizante y del clima. El reto es maximizar la eficiencia del nitrógeno (N) de los fertilizantes y minimizar el riesgo de pérdidas de N que puedan suponer un problema para el medio ambiente. El uso de fertilizantes de eficiencia mejorada (EEF), como los CRF, ofrece una vía segura para minimizar el riesgo de pérdidas. 

Los resultados de los últimos ensayos indican que las pérdidas de nitrógeno procedente de urea convencional pueden llegar a alcanzar un 40-50 por ciento del total de N aplicado. Por el contrario, los CRF limitan estas pérdidas considerablemente: pueden reducir las pérdidas de nitrógeno y mejorar la EUN respecto a la urea convencional. 

 

Resultados del ensayo en laboratorio del NMI

El NMI (Nutrient Management Institute B.V.) ha evaluado recientemente el impacto ambiental de los CRF con tecnología eqo.x mediante un ensayo en laboratorio. El instituto midió las pérdidas de nitrógeno por lixiviación, volatilización y desnitrificación, y comparó estos resultados con los de fertilizantes convencionales. 

En el experimento del NMI con remolacha, un CRF con tecnología eqo.x se comparó con urea convencional aplicada al mismo tiempo y en dosis idéntica. Los resultados se presentan en los gráficos de las figuras 3-9. 

En el ensayo del NMI, el CRF redujo la lixiviación de N en un 54-61 por ciento y la volatilización de NH3 en un 54 por ciento frente a la urea convencional. Las pérdidas de N2O también fueron considerablemente superiores con la urea convencional en los 30-40 primeros días, mientras que el CRF redujo las emisiones de N2O en un 11 por ciento en general. 

En torno al 40-50 por ciento del N aplicado se perdió al entorno al utilizar urea convencional. En contraste, el CRF limitó estas pérdidas a solo un 16 por ciento. La absorción de N por la planta también aumentó y, en general, el experimento mostró un aumento de la EUN del 83 por ciento. Cabe destacar que el CRF con tecnología eqo.x permite obtener cosechas superiores o similares con menos cantidad de fertilizante. Los resultados del ensayo con el CRF mostraron un aumento de la producción nada menos que del 37 por ciento respecto a la urea convencional, con la misma dosis de aplicación de N por hectárea. 

«Estos resultados confirman nuestra creencia de que, con CRF, podemos mejorar la eficiencia del uso de los nutrientes con menores dosis de fertilizante y, al mismo tiempo, reducir las pérdidas de nutrientes, sin que los agricultores vean mermadas sus cosechas», comenta Ronald Clemens.

 

Mayor eficiencia en el uso de los nutrientes con eqo.x

Ensayos de todo tipo hechos con la tecnología eqo.x han mostrado un aumento de la EUN. Esto es lo que cabe esperar de un CRF, afirma Ronald Clemens: «La tecnología contribuye a reducir las pérdidas de nutrientes y a mejorar la eficiencia en el uso de estos. Ayudará a los agricultores a maximizar sus cosechas. Se han realizado ensayos oficiales con institutos de ensayo y universidades del norte al sur de Europa, en diversas condiciones. Hemos hecho pruebas en cultivos como el de patata, pero también en condiciones muy calurosas en cultivos de arroz, donde el producto está totalmente bajo el agua. Hemos probado las especificaciones de liberación en el laboratorio bajo diversos regímenes de temperatura, en agua y en suelo, así como en circunstancias prácticas. En todas esas condiciones, la eficiencia en el uso de nutrientes aumentó significativamente, dando mejores resultados que las prácticas habituales de los cultivadores en cuanto a producción, número de aplicaciones o dosis».