Green Minds: familia Sala, propietarios del Vivero Sala Graupera
Conozca a la familia Sala, que lleva años confiando en ICL
En este artículo entrevistamos a la familia Sala, propietarios de Vivero Sala Graupera y clientes de ICL desde hace años. Es una empresa familiar que siempre se ha dedicado al cultivo de las plantas ornamentales y donde ya trabaja la tercera generación. El vivero está situado en Sant Andreu de Llavaneres, en el Maresme, Barcelona, y cultiva más de 500 variedades de planta ornamental.
La empresa la fundó el abuelo, Luis Sala Graupera, en los años 60. En los años 70 se incorporaron, los hijos de Luis, dos hermanos, y al inicio de los años 2.000 se añadieron a la empresa tres nietos de Luis, Marc, Lluís y Albert. Esta tercera generación sigue luchando por tirar hacia adelante el negocio con el objetivo de innovar constantemente.
Hablamos con Albert sobre sus motivaciones para entrar en el negocio familiar, qué cambios han implementado y sus planes de futuro para el vivero.
¿Por qué decidieron dedicarse al negocio familiar?
He vivido este negocio desde mi infancia y empecé a colaborar en el negocio desde muy joven. Hice un parón para llevar a cabo mis estudios universitarios en Gestión de Empresas y Finanzas y, una vez licenciado, me reincorporé.
Decidí dedicarme al negocio familiar porque siempre lo he vivido en mi entorno y me gustaba. Me gusta el cultivo de plantas ornamentales en su esencia y como negocio, y la ilusión de crecer empresarialmente. Además, nos hemos especializado dentro del sector y eso nos da la oportunidad de trabajar de un modo propio que nos gusta.
Mi padre y mi tío están trabajando aún en la empresa, pero están prejubilados y nos ceden la toma de las principales decisiones.
¿Qué fue lo primero que cambiaron al hacerse cargo del negocio? ¿Por qué?
Lo primero que cambiamos al pasar a la tercera generación fue el método de producción; optamos por un método de producción más mecanizado e innovador. Como ya hicieron mi tío y mi padre, hemos apostado por el cultivo de aquellas especies que nos hacen diferentes y únicos dentro del sector.
También aportamos una nueva forma de relacionarnos con nuestros clientes, creando, por ejemplo, un jardín de experimentación en nuestro vivero que sirve tanto de banco de pruebas, como de expositor para paisajistas y profesionales de la jardinería.
Y, por último, hemos aportado una forma de trabajo más especializada, buscando perfiles profesionales más técnicos y especializados que han contribuido a la mejora de nuestra competitividad. Por lo tanto, la especialización y la innovación son el enfoque del negocio desde que nosotros estamos al cargo.
¿Qué aconsejaría a otros que están contemplando entrar en el negocio familiar?
Yo aconsejaría a cualquier persona que hiciera aquello que realmente le motive. Para mí es muy importante levantarme por la mañana y saber que lo que voy a hacer me va a gustar. Este sentimiento lo puedes tener dentro del negocio familiar, como ha sido mi caso, o puede ser en cualquier otro ámbito laboral.
A aquellos que como yo han tenido una motivación y se sienten a gusto trabajando en el ambiente familiar y aportando su grano de arena para que el negocio funcione, claro que los animaría a hacerlo, porque es muy gratificante.
¿Cuáles son sus esperanzas y sueños para el futuro? ¿Y sus desafíos?
Dentro de Sala Graupera hemos conseguido tener un equipo de trabajo muy bueno, con técnicos jóvenes muy capaces, que nos está ayudando a tirar adelante la empresa. Mi sueño sería que este equipo de profesionales que hacen que Sala Graupera sea una empresa líder en el sector, sigan vinculados a nuestra empresa durante muchísimos años y puedan también ir creciendo profesionalmente junto a nosotros. Eso es lo más gratificante que puede tener un empresario, ver que su negocio y sus trabajadores forman un equipo y este equipo cada vez consigue sus objetivos.