Cómo prevenir y controlar el musgo en el césped

En este artículo: 

1. ¿Qué es el musgo?
2. Factores que contribuyen a la presencia de musgo.
3. Consejos para mantener el musgo bajo control.

Tarde o temprano, todos los responsables de céspedes tendrán algún problema con el musgo. Su presencia suele ser señal de un problema subyacente que provoca una debilidad en el césped y da al musgo la oportunidad de propagarse. Identificar y abordar el problema suele ser suficiente para fortalecer las plantas de césped y mantener el musgo bajo control.

¿Qué es el musgo? 

Existen numerosas especies de musgo en todo el mundo, que se adaptan para crecer en situaciones de lo más variadas. Los musgos son plantas que no florecen y normalmente no crecen más de 25 milímetros. Por lo general, son de naturaleza blanda y carnosa, con un tallo delgado y diminutas hojas marrones o verdes.

De las múltiples especies de musgo, las que aparecen en el césped son de tres tipos principales:

1. Musgos de tipo helecho: Suelen tener un aspecto rastrero. Algunos ejemplos son Hypnum y Eurhynchium. Estos musgos se encuentran sobre todo en céspedes gestionados de forma menos intensiva, normalmente donde el exceso de humedad debido a la presencia de demasiada materia orgánica es un problema.
2. Musgos en mata: Se encuentran sobre todo en suelos ácidos. Algunos ejemplos son Ceratodon y Bryum.
3. Estos musgos tienden a formar acumulaciones densas creando una estructura tipo «estera» o «cojín». El Ceratodon purpureus se conoce más comúnmente como «musgo de invierno», ya que tiende a colonizar el césped durante el otoño, cuando el vigor del césped disminuye, y muere en primavera, cuando el crecimiento se recupera.
4. Musgos erectos, por ejemplo Polytrichum. Se encuentran sobre todo en situaciones de sequedad e infertilidad, como montículos, terraplenes orientados al sur y suelos arenosos.

Factores que contribuyen a la presencia de musgo en el césped 

Los factores responsables de la colonización de un césped por el musgo son:

1. Acidez, ya que muchos musgos se adaptan mejor a las condiciones ácidas que la mayoría de los céspedes. Si el pH cae a 4 o menos, la salud del césped empeorará y empezará a adelgazar, dejando espacio para la colonización al musgo y las malas hierbas.
2. Sombra, que puede proceder de la vegetación circundante o de estructuras físicas como edificios. La sombra reduce el nivel de fotosíntesis en las plantas de césped, lo que afecta a su capacidad de crecer sanas. Además, la sombra puede ir acompañada de una superficie húmeda debido al escaso movimiento del aire o a la ausencia del calor del sol, o dar lugar a un suelo seco si está provocada por árboles grandes que eliminan la humedad del suelo. Cualquiera de estas situaciones agravará aún más el problema, dando mayor oportunidad a la entrada de musgo.
3. Una superficie húmeda, que puede deberse a numerosos factores, como un mal drenaje, un exceso de materia orgánica, falta de aireación (compactación), exceso de riego, o sombra.
4. Baja fertilidad, que puede deberse simplemente a la falta de fertilizante, lo que debilita el césped y le resta vigor. Es más probable que ocurra en suelos arenosos, donde los nutrientes se pierden fácilmente por lixiviación.
5. La siega puede ser un factor si se deja el césped muy corto, especialmente en suelos desiguales, ya que puede provocar la aparición de calvas. Dejar volar los trozos de césped cortado puede dar lugar a una acumulación excesiva de materia orgánica en la base del césped, lo que puede ocasionar problemas relacionados con el exceso de humedad.

Consejos para mantener el musgo bajo control 

El mantenimiento general debe orientarse a crear unas condiciones favorables para un crecimiento sano del césped y a minimizar los daños a la capa de césped.

1. Identifique los problemas subyacentes que puedan estar provocando la debilidad del césped y propiciando la invasión del musgo.
2. En las superficies húmedas, incremente las tareas de aireación rutinaria, controle los niveles de materia orgánica y mejore el drenaje si es necesario. Elimine o pode la vegetación que dificulte el movimiento de aire y que proyecte sombra.
3. Asegúrese de que se siga un programa de fertilización equilibrado, adecuado a la composición del césped y del suelo. El objetivo será aportar la cantidad de nitrógeno necesaria para mantener un crecimiento sano y preparar al césped para hacer frente al uso normal. Los aportes de nitrógeno se reducirán en otoño para prevenir un desarrollo débil que pueda aumentar la propensión del césped a las enfermedades.
4. Minimice las sombras eliminando la vegetación o aclarando y podando cuando la eliminación no sea factible. Las direcciones este y sur son las más importantes.
5. Aplique cal (carbonato de calcio) para aumentar el pH del suelo hasta 5,0 como mínimo, para crear unas condiciones más favorables al desarrollo sano del césped.
6. Recoja los trozos de césped cortado si es posible, para minimizar la acumulación de materia orgánica en la base del césped.
7. Evite una siega muy corta durante periodos prolongados y siempre eleve la altura de corte durante las épocas de calor y sequedad, para minimizar el estrés y prevenir el debilitamiento de las plantas de césped.
8. Evite los daños al césped y la aparición de calvas haciendo un uso más uniforme de todo el césped y minimizando las situaciones de estrés que pueden dar lugar a enfermedades o a una reducción de la densidad del césped debido a manchas secas y al estrés por sequía.
9. Si llegan a aparecer calvas o zonas despobladas, repárelas siempre lo antes posible, para reducir la probabilidad de colonización por musgo.
10. Una buena programación de los trabajos de renovación en otoño, en particular la resiembra, ayudarán a vigorizar el césped y a restaurar su densidad para reducir la probabilidad de invasión de «musgo de invierno».