Aumentar la resistencia de los sistemas de cultivo de interior
Cultivar el éxito: cultivando el potencial de la agricultura de interior mediante la fertirrigación de precisión.
La agricultura convencional se enfrenta a multitud de retos, desde la escasez de tierras y los impredecibles patrones climáticos hasta la persistente amenaza de plagas y enfermedades del suelo. En respuesta a estos obstáculos, la agricultura de interior, también conocida como agricultura de ambiente controlado (AEC), ha surgido como una solución revolucionaria con el potencial de remodelar el panorama agrícola.
La agricultura de interior es un término amplio que engloba sistemas agrícolas en los que las plantas se cultivan en entornos cerrados. Se trata de cultivos hidropónicos y verticales en los que la tierra tradicional se sustituye por sustratos inertes y una solución de fertirrigación cuidadosamente calibrada suministra los nutrientes necesarios directamente a las raíces de las plantas. El uso de sustratos inertes y fertirrigación permite a los cultivadores ejercer un control meticuloso sobre el contenido de nutrientes en la zona radicular. Este método no sólo maximiza la eficacia de los nutrientes, sino que también ofrece ventajas adicionales.
Una ventaja clave de la sustitución del suelo por sustratos inertes es la erradicación de enfermedades y plagas transmitidas por el suelo, que de otro modo requerirían intervenciones químicas en la agricultura convencional basada en el suelo. Además, la agricultura de interior ofrece la flexibilidad de cultivar durante todo el año gracias al control climático total que se puede mantener en un entorno cerrado. El suministro de una nutrición óptima a través de la agricultura de interior mejora el rendimiento de los cultivos al tiempo que minimiza las pérdidas de nutrientes, contribuyendo a la sostenibilidad general del sistema. Sin embargo, alcanzar este nivel de precisión requiere sistemas de control avanzados.
En la agricultura de interior, los cultivos dependen en gran medida del sistema de fertirrigación para el suministro de nutrientes, ya que el sustrato inerte carece de una capacidad significativa de almacenamiento de nutrientes. La sensibilidad del sistema lo hace intolerante a las desviaciones de los niveles óptimos de nutrientes, lo que subraya la necesidad de una gestión meticulosa.
La gestión eficiente de la fertirrigación es especialmente crítica en los sistemas de cultivo hidropónico y vertical. Dada su sensibilidad, se han llevado a cabo numerosas investigaciones para determinar las soluciones nutritivas más adecuadas para diversos cultivos en distintas fases de crecimiento, como el establecimiento, el crecimiento vegetativo y la producción. El diseño de un programa de fertirrigación eficaz depende del conocimiento de las propiedades del agua de riego y de las necesidades de nutrientes de cada cultivo. La realización de un análisis exhaustivo del agua es un paso crucial en este proceso. El análisis del agua permite conocer la composición en nutrientes del agua de riego. Entre los nutrientes más comunes del agua de riego se encuentran el calcio (Ca), el magnesio (Mg), el cloruro (Cl) y el bicarbonato (HCO3-). El nivel de pH del agua también es un factor crítico a tener en cuenta, ya que los niveles altos de pH y bicarbonato pueden requerir fertilizantes acidificantes para ajustar el pH y neutralizar los bicarbonatos. Los distintos cultivos presentan distintas demandas de nutrientes en las distintas fases de crecimiento. Adaptar los planes de fertirrigación a estas necesidades permite a los agricultores lograr un crecimiento óptimo y mejores rendimientos.
Es igualmente importante seleccionar un sistema de fertirrigación adecuado y controlar de cerca su rendimiento. Los sistemas de flujo continuo que suministran un flujo constante de fertilizantes son ideales para estas instalaciones. Mantener concentraciones adecuadas de nutrientes en la solución cerca de la zona radicular supone un reto importante en los cultivos hidropónicos y verticales. Para garantizar un suministro eficaz de nutrientes, los cultivadores deben controlar la solución nutritiva y ajustar los niveles de nutrientes según sea necesario para satisfacer las demandas cambiantes del cultivo. La conductividad eléctrica (CE) es un indicador clave de la concentración de sales en las soluciones nutritivas. Mediante la evaluación de los valores de CE, los agricultores pueden valorar el estado nutricional de la solución nutritiva antes de la fertirrigación. Los valores de CE también proporcionan información sobre el contenido total de iones nutrientes disponibles en la solución de fertirrigación cerca de la zona radicular. La monitorización de los valores de CE permite a los agricultores identificar deficiencias o excesos de nutrientes y realizar ajustes informados en función de las necesidades del cultivo y del programa de fertilización previsto.
Para que los cultivos absorban los nutrientes de forma óptima es necesario mantener la acidez de la solución nutritiva dentro de un rango específico (pH 5,5 a 6,5). Los sistemas equipados con sensores adecuados pueden alertar rápidamente a los agricultores de desviaciones en la acidez del agua o en la conductividad eléctrica, facilitando la adopción de medidas correctivas a tiempo para evitar efectos adversos en el crecimiento y el rendimiento de los cultivos.La última pieza del rompecabezas de la fertirrigación consiste en seleccionar los fertilizantes adecuados. Los fertilizantes hidrosolubles de alta calidad y excelente solubilidad son esenciales para evitar bloqueos en el sistema e interferencias con sensores sensibles. El uso de fertilizantes de alta calidad garantiza soluciones de fertirrigación estables, libres de sedimentos y de posibles perturbaciones.
Presentamos Agrolution, una gama de fertilizantes solubles en agua desarrollada por ICL, diseñada para responder a las necesidades específicas de los sistemas de cultivo hidropónico y vertical. Los fertilizantes Agrolution ofrecen soluciones para diferentes condiciones de agua, proporcionando nutrientes esenciales y manteniendo al mismo tiempo la limpieza del sistema de riego.
Agrolution Special está adaptado a las condiciones de agua blanda y a los cultivos sensibles al cloruro, y es adecuado para todas las fases de crecimiento de los cultivos, especialmente los hortícolas. Por su parte, Agrolution pHLow es una opción óptima para los agricultores que tienen que hacer frente a una alta alcalinidad en el agua de riego. Su naturaleza ácida mejora la eficacia de la disolución de nutrientes, incluso en aguas duras, al tiempo que evita la acumulación de cal en las líneas de goteo.
Al utilizar fertilizantes hidrosolubles puros de alta calidad, los sistemas de agricultura de interior en ambiente controlado se racionalizan, lo que permite a los cultivadores centrarse en maximizar los beneficios potenciales de estos revolucionarios métodos de cultivo. La combinación de una gestión meticulosa de los nutrientes, sistemas de control avanzados y una selección óptima de fertilizantes posiciona a la agricultura de interior como una fuerza transformadora en el futuro de la agricultura.