Ensayo en patata con Agromaster en los Países Bajos

Fertilizantes de liberación controlada en patatas de siembra 

El aprovechamiento óptimo de los fertilizantes minerales es esencial para conseguir una producción agrícola sostenible. Y, en vista de la demanda creciente de alimentos y energía en el mundo, es una prioridad cada vez mayor. Hoy en día, es imprescindible maximizar la eficiencia, tanto en el cultivo de la tierra como en la mejora y selección de plantas. 

La eficiencia en el uso de los nutrientes se puede medir como la producción obtenida por unidad de fertilizante aportado, o respecto a la recuperación del fertilizante aplicado. 

El nitrógeno es el nutriente aplicado a más altas dosis en la agricultura. Según la base de datos de la FAO, el consumo total de nitrógeno ascendió a 99,6 millones de toneladas en 2013. A escala global, se estima que apenas se aprovecha entre el 33-40 % del nitrógeno para la producción de cereales. El resto (60-67 %) representa unas pérdidas de aproximadamente 20 000 millones de dólares al año en fertilizantes a base de N, por desnitrificación de suelos, volatilización, escorrentía superficial y lixiviación (William y Johnson, 1999). Por estos motivos, es el nutriente con más alta proporción de pérdidas en la agricultura. La fracción que se pierde en el sistema de cultivo provoca una importante contaminación ambiental asociada a la fertilización. 

Numerosos estudios demuestran que los fertilizantes de liberación controlada (CRF) consiguen una significativa reducción de las pérdidas de nitrógeno e incrementan considerablemente la eficiencia de uso de los nutrientes y, por tanto, las cantidades producidas y la calidad.